jueves, 28 de abril de 2011

Arepas Asadas

Hablar de La Arepa, es hablar de Venezuela... Parte de nuestra cultura y de la mesa de cada día, es nuestra expresión culinaria más autóctona, es el benefactor pan nuestro de cada día. La arepa es una expresión nacional, en cualquier ciudad de Venezuela puede encontrarse. Su preparación se remonta a nuestros ancestros indígenas, que sembraron, recolectaron y procesaron el maíz. Es el resultado de una masa hecha de maíz cocido y molido, los indígenas, lo molían entre dos piedras lisas y llanas y luego creaban pequeñas bolas que asaban en un “aripo”, (especie de plancha un poquito curva fabricada en barro, que se utiliza para la cocción, también conocemos una variación de éste como “budare”) del nombre de este utensilio deriva la palabra “Arepa”, en la actualidad se utilizan planchas y parrillas de hierro para asar las arepitas en casa o restaurantes, aunque se puede encontrar aún el aripo de barro. Para obtener unas arepas doradas y abombaditas, pocos son los ingredientes que se utilizan, es el amasado y la cocción lo que requiere un poquitín de atención, (en la actualidad se encuentra harina de maíz precocida en todos los supermercados, ya que es parte de la dieta básica del venezolano, y es la que utilizamos en la preparación de las arepas a diario). Ingredientes 2 tazas de Harina de Maíz Blanco precocida 1 cucharadita de Sal Agua Aceite Preparación Vierta aproximadamente una taza y media de agua en un bol, agregue la sal y un chorrito de aceite, agregue progresivamente la harina diluyéndola en el agua, evitando que se formen grumos, amase con las manos agregando poco a poco harina y agua hasta obtener una masa suave que no se pegue a las manos. Forme bolas medianas y aplánelas creando un redondel un poco grueso y simétrico. Caliente una plancha y engrásela con un poquito de aceite, coloque las arepas y cocine por ambos lados, (hasta que se despegan solas de la plancha), luego lleve al horno previamente caliente a 350º y déjelas hasta que al retirarlas las golpee levemente y suenen a “hueco”,y se tornen abombadas y doraditas. Se sirven al momento, acompañadas o rellenas con quesos, mantequilla, guisos, carnes, caraotas, huevos revueltos, etc. Al desayuno ó a la cena, será un magnífico encuentro con las costumbres de la cocina venezolana.

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